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Mujeres rurales e indígenas lideran la agenda del campo chileno: Autoridades conmemoran su rol en la transformación social y política del país.

El miércoles 15 de octubre de 2025, en la plazoleta de INDAP en Santiago de Chile, se conmemoró el Día Internacional de las Mujeres Rurales e Indígenas, una fecha que reconoce el rol esencial de las mujeres del campo en el desarrollo agrícola, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza. Esta efeméride, establecida por Naciones Unidas, convoca cada año a instituciones públicas, organizaciones campesinas y lideresas territoriales a reflexionar sobre los avances y desafíos que enfrentan las mujeres rurales en el ejercicio de sus derechos y en la construcción de un desarrollo sustentable con equidad de género. En esta ocasión, la ceremonia contó con la presencia de la ministra de Agricultura, Ignacia Fernández, del director nacional de INDAP, Santiago Rojas Alessandri, y de las representantes nacionales de organizaciones campesinas, entre ellas las destacadas dirigentas del Movimiento Unitario Campesino y Etnias de Chile, 1° Vicepresidenta Mucech Ana Sepúlveda Yáñez, Kiria Antileo Mella Presidenta Newenche, Jimena Orellana dirigenta Nacional de Fedafruc, Marlene Figueroa dirigenta Jóvenes Mucech, Ivonne Ruiz representante mujeres Triunfo Campesino, María Vásquez dirigenta Mucech RM. El encuentro, más allá de su carácter conmemorativo, reafirmó la necesidad de visibilizar la contribución histórica de las mujeres rurales e indígenas, quienes con su trabajo, saberes y liderazgo sostienen las economías locales, la identidad cultural y la soberanía alimentaria del país.

La ceremonia del Día Internacional de las Mujeres Rurales e Indígenas 2025 estuvo marcada por un sentido homenaje a las guardianas de la tierra y la cultura campesina, con especial énfasis en la preparación del Año Internacional de la Mujer Agricultora 2026, declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este hito fue asumido como un compromiso nacional para fortalecer las políticas públicas que promuevan la igualdad de oportunidades, la autonomía económica y la participación política de las mujeres rurales. Durante el acto, las palabras de la ministra Fernández destacaron el papel de las agricultoras en la preservación de la biodiversidad, la transmisión de saberes ancestrales y la protección del territorio como bien común. Las dirigentas de MUCECH, por su parte, valoraron la instancia como un espacio político ganado por la organización y cuidado con constancia, desde donde se ha logrado incidir en la agenda pública rural con enfoque de género y pertinencia territorial. Se recordó también a la Mesa Nacional de la Mujer Rural e Indígena, que cumple 30 años promoviendo la participación y el liderazgo de las mujeres del campo, convirtiéndose en un referente de articulación social y política para la defensa de sus derechos. Más que una celebración, la jornada se transformó en un acto de reafirmación colectiva: la voz de las mujeres rurales continúa moviendo el campo, alimentando Chile y sosteniendo la esperanza en tiempos de cambio. En ellas se encarna la fuerza, la sabiduría y el compromiso que han tejido, por generaciones, la historia viva de la ruralidad.

Actualmente, la política nacional dirigida a las mujeres rurales en Chile se enmarca en los lineamientos del Plan de Equidad de Género Rural impulsado por el Ministerio de Agricultura y articulado con INDAP, SERNAMEG y la Subsecretaría de la Mujer y la Equidad de Género. Este plan busca reducir las brechas de acceso a recursos productivos, fortalecer la autonomía económica y fomentar la participación en espacios de decisión, integrando la perspectiva de género en toda la gestión del desarrollo rural. En este escenario, las lideresas de MUCECH se han posicionado como actoras clave en la construcción de una ruralidad más justa y sostenible, aportando desde la experiencia territorial y el diálogo con las bases campesinas. Su incidencia ha permitido que las políticas reconozcan la diversidad cultural, las prácticas agroecológicas y el rol de las mujeres como guardianas del agua, las semillas y la soberanía alimentaria. La apertura y respuesta oportuna de los servidores públicos frente a las demandas históricas del campesinado organizado ha favorecido una nueva etapa de movilidad y cooperación entre Estado y sociedad civil. Este proceso no solo refuerza la participación política de las mujeres rurales, sino que consolida su protagonismo en la agenda del desarrollo nacional. Desde el corazón del campo, las dirigentas campesinas siguen cultivando futuro: avanzan con fuerza, autonomía y ternura política hacia un país donde la justicia de género florezca junto con la tierra.

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