Los días 26 y 27 de agosto de 2025, la Casa de la Solidaridad en Santiago fue escenario del Encuentro Nacional de Mujeres Rurales organizado por el Movimiento Unitario Campesino y Etnias de Chile (MUCECH). Durante dos jornadas intensas, lideresas campesinas provenientes de todo el país (desde Arica y Parinacota hasta la Región de Magallanes) se reunieron para reflexionar en torno a su rol en la agricultura familiar campesina e indígena, analizar políticas públicas con enfoque de género y proyectar caminos de acción frente a los desafíos territoriales que afectan a sus comunidades. El encuentro estuvo marcado por un clima de fraternidad, identidad y compromiso político-social, donde la voz de las mujeres del campo se hizo presente como motor de organización y cambio. Desde la apertura, encabezada por el presidente de MUCECH, Orlando Contreras, y la vicepresidenta y encargada de la Secretaría de la Mujer, Ana Luisa Sepúlveda Yáñez, se remarcó la importancia de la participación activa de las mujeres en la defensa de la tierra, el agua y la producción alimentaria. La historia organizacional que dio origen al movimiento (construida en condiciones adversas como las impuestas durante la dictadura) fue puesta en valor, reconociendo que aquellas luchas siguen vivas hoy en la resistencia a la especulación inmobiliaria, la concentración de los recursos y las brechas de acceso a oportunidades para las mujeres rurales. En este marco, se dio inicio a un programa de actividades que incluyó conversatorios, mesas de trabajo y plenarios, con el objetivo de actualizar la propuesta de políticas públicas diferenciadas con perspectiva de género para la Agricultura Familiar Campesina e Indígena (AFCeI), reafirmando que la soberanía y la seguridad alimentaria del país descansan en gran medida en la fuerza organizada de las mujeres del campo.
A lo largo del encuentro se abordaron materias centrales para el presente y futuro de la mujer rural en Chile. En particular, se puso énfasis en la revisión de políticas públicas impulsadas por la actual administración, destacando los esfuerzos por frenar la subdivisión y parcelación de suelos agrícolas, junto con programas específicos orientados a mejorar la calidad de vida de las mujeres campesinas, su acceso a la tierra, al agua y al fortalecimiento de sus organizaciones. Una de las instancias más valoradas fue el conversatorio sobre el trabajo desarrollado durante el último año en la Mesa Nacional de la Mujer Rural y en las mesas regionales, donde se evidenció el avance en materia de participación y articulación con instituciones del Estado, especialmente con el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, representado por la subsecretaria Claudia Donaire, quien reconoció públicamente la contribución de las campesinas a la seguridad alimentaria nacional. Asimismo, se presentó y actualizó la Ficha de Socias y Colaboradoras de la Secretaría de la Mujer, herramienta clave para sistematizar la presencia y demandas de las mujeres en los territorios. También se lanzaron encuestas sobre la situación de los adultos mayores en familias campesinas, reconociendo el peso intergeneracional del trabajo en el campo. Las dirigentas coincidieron en que, pese a estos avances, persisten grandes desafíos, como la persistente desigualdad en el acceso a recursos productivos, la precariedad de los sistemas de riego y la invisibilización de las problemáticas juveniles en el mundo rural. No obstante, el reconocimiento del gobierno a la necesidad de políticas diferenciadas constituye un paso significativo en la construcción de un Estado más inclusivo, aunque se insistió en que los cambios estructurales requieren continuidad, mayor presupuesto y un trabajo mancomunado entre las instituciones y las propias organizaciones campesinas.
El encuentro concluyó con la reafirmación de compromisos concretos asumidos por las lideresas de organizaciones campesinas nacionales. Entre ellos, fortalecer la coordinación interna del MUCECH y potenciar la Secretaría de la Mujer como un espacio estratégico para la incidencia política; elaborar propuestas más robustas de políticas públicas diferenciadas con enfoque de género, a ser presentadas en el próximo Encuentro de la Mesa Nacional de la Mujer Rural en octubre de 2025; y consolidar una agenda común que priorice el acceso a la tierra, el agua y el reconocimiento de la agricultura campesina como pilar de la soberanía alimentaria. Las dirigentas se comprometieron también a seguir visibilizando las problemáticas que afectan a las comunas rurales (como la especulación inmobiliaria, la pérdida de suelos cultivables y la escasez hídrica) y a generar alianzas estratégicas con otras organizaciones sociales, académicas y políticas para incidir en la toma de decisiones a nivel nacional. Asimismo, plantearon la necesidad de fortalecer el liderazgo de mujeres jóvenes en los territorios, considerando el riesgo de desarraigo y la pérdida de identidad cultural que aqueja a las nuevas generaciones. Este compromiso intergeneracional fue valorado como un elemento esencial para dar continuidad a las luchas campesinas. El cierre del encuentro, con palabras de Orlando Contreras y Ana Luisa Sepúlveda, estuvo cargado de emotividad y proyección: se remarcó que las mujeres rurales de Chile no solo producen alimentos y sostienen economías familiares, sino que también portan saberes, prácticas ancestrales y un sentido comunitario que resulta vital para enfrentar la crisis climática, los embates del mercado y los desafíos de la globalización. De este modo, el Encuentro Nacional de Mujeres Rurales del MUCECH 2025 se consolidó como un hito organizativo y político que proyecta a las mujeres campesinas como protagonistas ineludibles en la construcción de un Chile más justo, soberano y sustentable.